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terça-feira, 31 de julho de 2007

Sarkozy: ¿Un modelo para la Alianza?


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Sarkozy: ¿Un modelo para la Alianza?

Alfredo Jocelyn-Holt, historiador y académico de la U. de Chile: "La sensatez ha llevado a Sarkozy a aggiornar sus huestes. ¿Por qué la derecha chilena no se despeina como aconseja la realpolitik? La Moneda vale una canción nacional sin botas ni estrofa adicional incluida".



El reciente triunfo y novedad de Nicolás Sarkozy nos vuelve a un tema recurrente respecto a la derecha chilena. ¿Cómo chicoteamos a esta yunta de bueyes para desempantanarla después de 18 años, si no más, atendido el hecho de que se puede ser de derecha y sin yeta? ¿Con qué cruzamos a nuestros dos rumiantes para agilizarlos un tanto? Ocurrió hace poco con David Cameron, el promisorio torito fina sangre inglés, y ahora se presenta de nuevo la posibilidad con el gaullista húngaro-francés.

En ambos casos vemos una derecha que quiere renovarse. Cameron pretende que a su partido se le perciba compasivo y así los conservadores se puedan volver a sentir bien. Sostiene que no se saca nada enrostrándoles a los pobres su fatalidad e incapacidad: hay que darles a entender que tienen el apoyo moral del "sistema" y para eso se les debe fortalecer su responsabilidad y autoestima. Sarkozy dice lo mismo: "Entiendo que se puede ser pobre si no se tiene trabajo, pero no acepto que alguien siga siendo pobre y trabaje realmente duro". Hay que reconstruir un Estado, agrega, que todos sientan como propio. Cameron llama a un cambio generacional; Sarkozy a dejar atrás el cinismo entronizado de Mayo del 68 que transmutó, cual alquimia, viejos ideales utópicos en puro deseo materialista, consumista y acaparador. Cameron se parece más a Blair que a la Thatcher; Sarkozy, a su vez, se supone que le habría ganado a la izquierda en su propio "turf": el de las ideas. Un derechista con ideas: ¡vaya, vaya!

Ambos, además, le han sacado mucha punta y roncha al aguatonamiento mundial de las izquierdas; especialmente el líder francés, sosteniendo que a los izquierdistas les gusta demasiado el poder, son hipócritas y corruptos (dicen representar a los sectores populares pero viven como depredadores, como derechistas).

Ni parecidos a los derechistas chilenos, ¿o no? ¿Se atrevería un UDI o un RN a proclamarse creyente pero laico o abrirse a un modelo más equilibradamente parlamentario que presidencialista, con más proporcionalidad en las elecciones y así mejorar la representatividad? En el gobierno, ¿renunciarían a prerrogativas para nombrar los directorios y altos cargos institucionales y empresariales públicos?; para qué decir integrar a socialistas en un futuro gobierno de derecha como lo ha sostenido Sarkozy. ¿Concebirían siquiera la posibilidad de hacer un gobierno de unión nacional si llegaran al poder como en Francia después de la última guerra (Sarkozy, no lo olvidemos, es gaullista)? ¿Dirían nuestros otrora antorchados de la libertad (con más gusto a mano dura que a libertad auténticamente republicana) que ahora repudian cualquier tipo de gobierno dictatorial y no sólo porque "nuestro" último "dictablando" se hizo rico indebidamente, conste que bajo gobiernos concertacionistas que es cuando empezó a mover sus platas en el Riggs?

¿Por qué no? ¿Por qué no abjuran, se flexibilizan y despeinan como aconseja la realpolitik? La Moneda vale una canción nacional bien zapateada, sin botas ni estrofa adicional incluida. La sensatez ha llevado a Cameron y a Sarkozy a "aggiornar" y moderar a sus huestes, conforme a los dictados de un mundo que se vuelve infinitamente más progresista y transversal que incluso sus autoridades y liderazgos, estén o no en el gobierno. La derecha chilena, en cambio, está empantanada hace rato en el tiempo y en sus supuestas "contribuciones" a la humanidad. Cree todavía que es profética porque "se anticipó" a Reagan y a la señora Thatcher. Sigue pensando que lo que este país necesita es un empresario en La Moneda; ¡tan pegados se quedaron con el último triunfo y gobierno que presidieron con todas las de la ley, 49 años atrás, y eso que éste fue un desastre político que siguen pagando hasta el día de hoy!
La derecha chilena critica al gobierno y éste se queja amargamente de que sólo se ve el vaso medio vacío. Una frase que difundió Lagos hasta el cansancio, antes, dicho sea de paso, de que Woody Allen en Scoop le agregara que él, en cambio, lo ve medio lleno? pero de veneno. La derecha se queja, es cierto, y hasta amenazan con desalojar a los actuales inquilinos de Palacio, pero cunde la sospecha, hace rato que hay mucho tongo en todo esto. Lo que impera en Chile desde hace 18 años es un consensualismo transversal en materias sustanciales, amparado en un empate consagrado en nuestra Constitución que no da cuenta de una sociedad más plural y compleja que por supuesto existe, pero no tiene oxígeno electoral. Visto así el asunto, quién es y no es de derecha o de izquierda oficialista es una cuestión un tanto escolástica, como discutir cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler. Los empresarios, de un tiempo a esta parte, no hacen mayores distinciones al respecto, tampoco los militares ni nuestros "socios" extranjeros. Por eso la derecha, amén de estancada y sin vocación real de poder gubernamental, sigue y seguirá tan provinciana y rumiante como siempre.



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