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quarta-feira, 16 de julho de 2008

Malas noticias para los precios en la zona euro y en Estados Unidos. La previsión pesimista realizada ayer por el presidente de la Reserva Federal est

Malas noticias para los precios en la zona euro y en Estados Unidos. La previsión pesimista realizada ayer por el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke, se han visto superadas por la realidad.


Bernanke alerta sobre los riesgos inflacionarios y las debilidades de la economía estadounidense
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El Indice de Precios de Consumo (IPC) de Estados Unidos subió en junio pasado un 1,1% un dato mucho peor de lo esperado y que supone el mayor avance de los últimos 26 años, informó hoy el Departamento de Trabajo.Los precios energéticos fueron los principales responsables del repunte inflacionario en junio, al subir un 6,6%.

La inflación interanual en la zona euro subió en junio pasado hasta el 4%, tres décimas más que en mayo, según datos difundidos hoy por Eurostat, la oficina estadística comunitaria. En Españ;a, los precios acumularon una subida hasta junio del 5,1%, que sitúa el diferencial de inflación con sus socios de la moneda única en 1,1 puntos porcentuales.

En mayo, la inflación interanual en España había sido del 4,7%. En el conjunto de la Unión Europea, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) interanual se situó en el 4,3%, tres décimas más que en mayo. El avance mensual de la inflación en junio pasado fue del 0,4%, tanto en la zona euro como en el conjunto de la UE.

En un año, la inflación en los países del euro ha pasado del 1,9 al 4,0%, y en los Veintisiete, del 2,1 al 4,3%. Los Estados miembros con un avance de los precios más moderado en los últimos doce meses fueron Holanda (2,3%), Portugal y Alemania (3,4% cada uno), país este último que junto a Francia, con un 3,6%, registran sus niveles más altos de la última década.

Por el contrario, las subidas más fuertes se registraron en Letonia (17,5%), Bulgaria (14,7%) y Lituania (12,7%). En cuanto a la evolución de los distintos componentes, en la zona euro, el mayor avance de los precios fue el de los transportes (7,1%), los alimentos (6,4%) y la vivienda (6,1%).

Subida de los transportes

En cuanto a la evolución de los distintos componentes, en la zona euro, la mayor alza de los precios fue el de los transportes (7,1%), los alimentos (6,4%) y la vivienda (6,1%). Las comunicaciones bajaron el 1,6%, y las subidas fueron muy moderadas en el ocio y la cultura, un 0,1% y el vestido, que subió un 0,7%.

Por productos, la mayor aportación a la subida interanual fue la de los carburantes para transporte (0,69 puntos porcentuales), seguido de los combustibles líquidos (0,40) y la leche, el queso y los huevos (0,21 puntos). Los productos que contuvieron el avance global fueron el vestido (-0,20 puntos), los automóviles y las telecomunicaciones, que restaron 0,18 puntos cada uno.

domingo, 13 de julho de 2008

O GENIAL KAFKA


Kafka foi prodígio e continuará anos surpreender sempre com seu realismo e a visão do homem no mundo que o surpreendeu e cortou sonhos dos humanos.Pacv


Encuentran en Israel textos desconocidos de Kafka y quieren conservarlos allí
El Estado judío pretende conservar en su territorio textos desconocidos de Franz Kafka que habrían pertenecido a su amigo y editor Max Brod, según declaró el director del Archivo Nacional israelí, Jehoshua Freundlich. Entre los documentos hallados se encontraría el manuscrito de Preparativos para una boda en el campo.

AMIGO Y ALBACEA. Max Brod conoció a Kafka en octubre de 1902, cuando ambos estudiaban en la Universidad de Praga.
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"Pondré todo mi empeño para que ningún material que tenga que ver con Kafka salga de nuestro país", dijo el funcionario en declaraciones al periódico local "Haaretz". En el legado de Max Brod estaría entre otros el manuscrito de "Preparativos para una boda en el campo".

Antes de su muerte en 1924, Kafka le pidió a Max Brod quemar todas sus obras. Pero Brod, en cambio, optó por publicarlas, e hizo famoso al escritor checo. En 1939, el escritor y editor judío tuvo que huir de Praga tras la ocupación nazi y viajó a Israel junto con su mujer, que murió poco después.

En su equipaje tenía las obras de su amigo. Tras la muerte de Brod en 1968, su legado, con muchos textos de su amigo, pasó a su ex secretaria Esther Hoffe.

Ella vendió parte de los libros, entre ellos El proceso, por unos dos millones de dólares, pero otra parte la conservó en cajas fuertes de Israel y Suiza. El resto apareció recientemente en una vivienda en Tel Aviv de la que el gobierno tuvo que sacar en el pasado numerosos gatos y perros debido al mal estado sanitario. Hoffe se negó a entregar los valiosos documentos para que pudieran ser conservados de manera adecuada.

Finalmente, Hoffe murió el año pasado a los 101 años y el legado de Brod pasó a sus hijas Ruth y Hava, cuya decisión esperan ahora expertos en literatura de todo el mundo.


el clarin

sábado, 12 de julho de 2008

INDICAÇÃO DE LIVRO- OS JOVENS E A LEITURA




Uma francesa- Michêle Petit -antropóloga- pertencente ao CNRS -Paris conhecedora da America Latina, tendo ja morado na Colômbia na sua adolescência, e estado em outros paÍses entre os quais o Brasil, pesquisou dezenas de pessoas na França, na sua periferia buscando entender a importância da Leitura através de bibliotecas, professores e mediadores outros.O livro esmiunça sua pesquisa em seus 4 pontos:As duas VErtentes da Leitura, O que está emjogo naleitura hoje, O medo do livro e por fim O papela do mediador
Paulo a c v

OS JOVENS E A LEITURA,

Autor: PETIT, MICHELE
Tradutor: SOUZA, CELINA OLGA DE
Editora: EDITORA 34
Assunto: CIENCIAS SOCIAIS-SOCIOLOGIA


Partindo de dezenas de entrevistas com leitores da zona rural e jovens de bairros marginalizados na periferia das grandes cidades francesas, bem como do testemunho de escritores e suas obras, a autora demonstra a importância das bibliotecas públicas e de bibliotecários, mediadores de leitura e educadores de modo geral na luta contra os processos de exclusão e segregação.

ABAIXO UMA SINOPSE DETALHA DE UMA REVISTA ARGENTINA
Michèle Petit cuenta con una formación pluridisciplinar. Socióloga y antropóloga, desde hace muchos años ha estudiado el psicoanálisis. Investigadora del CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica de Francia), es miembro del laboratorio LADYSS (Dinámicas sociales y recomposición de los espacios).

En estos últimos años ha participado en dos interesantes investigaciones relacionadas con la lectura. La primera, realizada junto con Raymonde Ladefroux y Claude-Michèle Gardien, dio lugar a la publicación del libro Lecteurs en campagnes: les ruraux lisent-ils autrement? (Paris: BPI-Centre Georges Pompidou, 1993). Investigación realizada a partir de entrevistas con personas, de diferentes categorías sociales, que vivían en el campo y a las que les gustaba leer, donde evocaban, de manera muy libre, el conjunto de su trayectoria como lector, desde los primeros recuerdos infantiles.

La segunda, más reciente, se recoge en De la bibliothèque au droit de cité: parcours de jeunes (Paris: BPI-Centre Georges Pompidou, 1997). En ella también participaron Raymonde Ladefroux, Chantal Balley e Isabelle Rossignol. Esta investigación se basó en entrevistas con 90 jóvenes de seis barrios desfavorecidos cuya trayectoria se vio influida por la frecuentación de una biblioteca pública. De la contraportada del libro traducimos el siguiente párrafo: "Cuando se vive en los denominados 'barrios sensibles', ¿cómo la biblioteca ayuda a resistir a los procesos de exclusión y a construir su derecho de ciudadanía? La biblioteca pública es un punto de apoyo crucial en las estrategias de continuación o reanudación de los estudios; un foro informal, donde se esbozan nuevas formas de sociabilidad; un lugar que da acceso a lecturas que ayudan a elaborar una identidad singular, a llegar a ser un poco más sujeto de su destino, y no sólamente objeto del discurso de otros; y, finalmente, en algunas ocasiones,una fuente de informaciones sobre temas políticos, que puede mantener un deseo de inscripción ciudadana".

Como consecuencia lógica de ambas investigaciones, Michèle Petit ha intervenido en numerosos coloquios, conferencias y cursos de formación a bibliotecarios, tanto en Francia como en otros países, Así, en 1997 participó en Salamanca en el curso "¿Dónde están los lectores? La contribución de la biblioteca pública frente a los procesos de exclusión" (1) organizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y en octubre de 1998 en otro curso organizado en México por la Red de Animación a la Lectura del Fondo de Cultura Económica. A partir de las conferencias impartidas en este último curso se publicó el interesante libro Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura (México: Fondo de Cultura Económica, 1999).

Una canción española dice que cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana. ¿Es el mismo caso para las bibliotecas? ¿Cuál es la relación entre pobreza y servicios bibliotecarios?

La pobreza es algo terrible porque priva de bienes materiales que hacen la vida más fácil, menos dura, incluso más divertida y, a la vez, priva también de medios para preservar una intimidad. Incluso podríamos decir que éste sería un indicador todavía mejor que el de la renta: cuanto más pobre se es de menos intimidad se dispone. Cuando se es muy pobre se está sobre la acera expuesto a las miradas de todo el mundo, cuando se es menos pobre se vive con otras nueve personas en una misma habitación. Cuanto más se sube en la escala social más se dispone de un espacio íntimo.

La pobreza también priva del acceso a los bienes culturales y a todo lo que eso puede representar, como los intercambios que se tejen alrededor de esos bienes. Un bien cultural no sólo es algo que puede hacer bien a cada uno de diferentes maneras, tanto en el ámbito del saber como en el de la construcción de sí, sino que es también un objeto en torno al cual permite intercambiar. La pobreza priva de todo esto y seguro que también de otras cosas que en este momento olvido. La pobreza expulsa al amor por la ventana y también a todo lo que acabo de referirme.

Una biblioteca pública puede en parte, sólo en parte, y en algunos contextos pues en otros quizá sea imposible, reparar un poco todo esto. No sólo es mi esperanza sino lo que ha mostrado la investigación que llevamos entre los jóvenes usuarios de bibliotecas de barrios desfavorecidos de algunas ciudades francesas.

La biblioteca puede permitir acceder, a algunos, a un poco más de lo que yo considero como derechos culturales. Pienso que cada uno de nosotros tiene derecho a acceder a bienes culturales. No es un lujo ni una coquetería de burgueses, sino algo que confiere una dignidad, un sentido en la vida y a la que todo el mundo puede ser sensible. Las personas de medios sociales muy modestos tienen con frecuencia un inmenso deseo de saber más, de aprender más. La biblioteca puede contribuir un poco a reparar el hecho de la pobreza y a permitir, también un poco, el acceso a los derechos culturales.

La biblioteca, dice usted, puede ser un lugar que facilite a las personas hacerse ciudadanos, a salir de los lugares a los que la sociedad y la historia les ha asignado, les ha prescrito. Pero, ¿hasta qué punto los gobiernos, los poderes, que han condenado, en no pocos casos, a más de la mitad de una población a la pobreza, quieren fomentar ciudadanos?

Efectivamente, yo creo que con frecuencia el poder, sea cual sea, tras sus grandes discursos no tiene ningún deseo de que alguien acceda a la ciudadanía, entendiendo por ésta no sólo el hecho de meter una papeleta en una urna cada tantos años sino ser en todos los ámbitos de la vida algo más sujeto del propio destino y no sólo objeto de los discursos de los otros.

Añadamos a ello el poder tener derecho a tomar la palabra y la pluma en lo que concierne al bien público. Es decir, tener más capacidad para construir su propia vida y tener un poco más de derecho en el capítulo del futuro compartido. La ciudadanía, en este sentido, se construye por todo tipo de vías, no es algo que venga con el nacimiento. Para poder pensar es necesario que los medios sean dados, no cae del cielo. Tomar la palabra, tomar la pluma, es algo que se aprende, no es algo dado.

Una biblioteca puede ayudar a construir la ciudadanía pero, efectivamente, no es para eso que los gobiernos, los poderes, construyen bibliotecas. Sólo en algunos casos, por aquello de las excepciones a la regla. A la hora de construir un equipamiento cultural prima más el deseo de prestigio, alcaldes que con la construcción de la biblioteca buscan, por ejemplo, mejorar la imagen de la ciudad y con ello atraer empresas. Les interesa más este aspecto o, si no, el aspecto social en el sentido estrecho del término: construyamos bibliotecas, incluso en los barrios más desfavorecidos, y así los muchachos irán allí y no vagarán por las calles. Me gustaría equivocarme pero sospecho que un cierto número de políticos tienen una representación de la biblioteca bastante próxima a la guardería y al centro recreativo.

Bueno, ésto como todo hay que matizarlo pues hay políticos que tienen un deseo real de que el poder sea más compartido. Existen y no hay que negarlo. En un mismo ministerio de cultura hay personas que tienen la idea del desarrollo de bibliotecas para que la gente adquiera más independencia y sea más activa en su porvenir y otros que consideran que si se hacen obras de beneficiencia y se inculca un patrimonio cultural común la gente va a cerrar filas como un sólo hombre en torno a ello.

Por eso, el otro día, en mi primera conferencia en México, la dediqué esencialmente a recordar las dos vertientes de la lectura que Roger Chartier (2) ha subrayado. Por un lado, la vertiente en la que se atribuye al texto una omnipotencia. Durante mucho tiempo la lectura ha sido un ejercicio que permitía someter al otro, doblegarlo a un precepto, a una identidad colectiva. Y existe otra vertiente, la de la libertad del lector. El lector se apropia de un texto y no hay la posibilidad de controlarlo completamente incluso cuando se vigila todo. En efecto, los lectores se apropian de los textos, les dan otro significado, cambian el sentido, interpretan, a su manera, deslizando su propio deseo entre las líneas. Nunca se puede controlar totalmente la manera en la que un texto va a ser leído, comprendido, interpretado.

A menudo, no siempre, la gente que está en el poder se situaría más en la primera vertiente de la lectura, la lectura que permite, en cierta medida, tener la mano firme. Pero aunque haya una intención, más o menos explícita, de este tipo, la gente se apropia de los bienes culturales con los que se encuentra y les da otro sentido.

He oído mencionar, en alguna ocasión, que en parte la investigación en que se basa el libro De la biblioteca al derecho de ciudadanía, financiada por la Dirección del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura francés, nació como un intento de abrir otros caminos al determinismo del "capital cultural" que algunos seguidores de Pierre Bourdieu mantienen y que, en cierta manera, ha llevado a una parálisis en la acción de algunos bibliotecarios.

Bueno, primeramente, respecto a lo que dice no estoy del todo muy segura. Yo también he oído decir que, en efecto, las tesis de Bourdieu habían desmoralizado a algunos enseñantes y quizás a algunos bibliotecarios, no lo sé.

Bourdieu ha tenido el inmenso mérito de atraer la atención sobre el hecho de todos los fenómenos de la reproducción social y derrumbar un cierto número de ilusiones, de levantar la liebre y de recordarnos que debemos estar vigilantes sobre ello. Tampoco pongo en duda su compromiso muy sincero al lado de la gente desfavorecida y muestra de ello es su labor en estos últimos años.

En estos momentos no se puede ver un periódico en Francia que no contenga artículos en favor o en contra de las tesis de Bourdieu. Yo no tengo ganas de optar sobre eso. Lo que puedo decir es que Bourdieu ha desarrollado conceptos que son muy importantes y que hay que retener.

Bourdieu no, pero quizás algunos de sus epígonos, entre los que se encuentran personas de gran calidad, han perdido un poco de libertad de pensamiento al querer estar muy cerca de la teoría del maestro y se han visto con dificultades para pensar sobre algunas dimensiones. Yo creo que toda la dimensión que concierne a la elaboración de la subjetividad no la ven, la ven mal o la situan al lado de fenómenos casi religiosos. Lo digo porque hay un número reciente de Actes de la Recherche en Sciences Sociales que contiene contribuciones interesantes y que se denomina "Génesis de la creencia literaria". No creo yo que la lectura literaria sea una creencia, sino que está más cerca de la sublimación. La sublimación, la creencia o la religión no son lo mismo. Freud decía que la religión estaba del lado de la ilusión, y que la sublimación estaba en otro orden, es un mecanismo de defensa.

Personalmente nunca he sido bourdieusana ni tampoco anti. No es mi asunto. Hay aspectos de los trabajos de Bourdieu que me interesan pero, en mi acercamiento a la lectura, he estado más marcada por alguien como Michel de Certeau y especialmente su famoso texto Lire: un braconnage (3). De hecho, él se preocupó poco por las disciplinas universitarias como tales, pues era historiador, muy interesado en el psicoanálisis, antropólogo, y quizás tuviera un poco más de libertad de pensamiento.

En el origen de la investigación que llevamos sobre los usuarios de bibliotecas en algunos barrios desfavorecidos franceses yo no redacté la licitación, pero sí que se decía que había, quizás, otra manera de ver las cosas que el de la reproducción social y que quizás las bibliotecas, aunque fuera sobre un número restringido de personas, tenían el efecto de desbaratar la tendencia de la reproducción social. Eso me atraía porque siempre me han interesado más las personas que no se quedan en la plaza que socialmente se les ha asignado, que la lógica de la reproducción, del sistema.

Está claro que la reproducción social existe, y que siempre hay que tenerla presente, pero eso no significa que nada se mueva. Y yo, por cuestiones de sensibilidad personal, siempre he estado más interesada por lo que se movía que por lo que se perpetuaba.

Me interesaba también esa investigación porque se centraba más en las singularidades que en la representatividad, aunque hubiera que tener en cuenta, lógicamente, la diversidad. También se decía de manera explícita en la licitación de esa investigación que se deseaba especialmente que los métodos fueran cualitativos.

En sus textos, a la hora de analizar la construcción del lector, el fenómeno de la lectura, usted recurre en ocasiones a las teorías psicoanalíticas. No es un recurso muy frecuente a la hora de tratar estos temas. ¿Cuál es su interés?

Tengo una formación pluridisciplinaria. Al principio mi curiosidad se dirigía a los hechos sociales pero nunca he podido pensar lo social independientemente de los hombres y mujeres singulares que lo componen. Con ello no quiero decir que no se pueda pensar de tal manera, pues por ejemplo pueden hacerse estudios formidables a partir de materiales estadísticos. Pero no es ese mi tipo de aproximación.

Tras mis estudios clásicos de sociología hubo un fenómeno que influyó mucho en mi desarrollo personal y profesional: mi encuentro con el psicoanálisis. Yo misma seguí muchos años de análisis y estudié las enseñanzas que se impartían en los años 70 en la Universidad de Vincennes en lo que se llama el Campo freudiano. Yo tenía deseos de ser antropóloga, pero del mundo contemporáneo, no estudiar una pequeña etnia que se reproduce idénticamente. Lo que yo quería era observar el mundo contemporáneo y concretamente lo que se movía, no lo que se perpetúa, como decía anteriormente.

En esos años 70 yo me aburría mucho en el CNRS, en el medio donde yo trabajaba. Reinaban, desde mi punto de vista, la rigidez, los dogmatismos, una intimidación mutua y una autointimidación que contrastaban con la efervescencia intelectual de Vincennes. Esta intimidación mutua, en cierta manera, ocurre con mucha frecuencia en el medio universitario. No hay demasiada libertad de pensamiento, siempre se está escrutado por los otros colegas, desgraciadamente. En esos años, lo que yo aprendía y descubría, especialmente del psicoanálisis, no lo podía utilizar, no existía la posibilidad, allí donde yo estaba, de articular lo singular y lo plural. Pero pude completar mi formación de una manera más personal respecto a lo que había aprendido en mis estudios universitarios.

En los 70 muchos investigadores estuvieron muy marcados por un marxismo muy rígido o por un estructuralismo también rígido. Y eso, aunque yo siempre haya sido de izquierdas, no me interesaba, nunca he podido ver a las personas a grandes rasgos, al por mayor. En esos años muchos investigadores que, por ejemplo, hacían investigaciones en medios desfavorecidos daban la sensación de que a los seres singulares no los veían, veían a las personas como muestras representativas o como una especie de ejemplo en carne y hueso, o como grupo social, pero no como personas singulares también.

En los años 80 ya pude articular un poco más lo singular y lo plural en otros temas distintos al de la lectura, en los que trabajaba entonces. Privilegiaba una aproximación biográfica al fenómeno.

Posteriormente, colegas del laboratorio donde trabajaba, que conocían bien el mundo rural, respondieron a una licitación de la Bibliothèque Publique d'Information (BPI) sobre una investigación de la lectura en el mundo rural. Esto me atrajo también porque habían previsto métodos cuantitativos y cualitativos y estos últimos me interesaban. Me di cuenta de que trabajar sobre la lectura se unía a mi interés por el psicoanálisis porque había comprendido que lo que determina la vida de los humanos, en gran medida, es el peso de las palabras o el peso de su ausencia. Cuanto más capaz se es de nombrar cualquier cosa más apto se es para vivirla y para cambiarla.

Recuerdo que Bruno Bettelheim narró que cuando se encontraba en un campo de concentración las personas más frágiles y desvalidas eran las que no comprendían, las que no tenían palabras para explicarse por qué estaban allí, mientras que las que podían analizarlo, formalizarlo, tenían más recursos de sobrevivencia incluso en una situación tan espantosa. Esta es la importancia de esta dimensión simbólica, de esta dimensión relativa al lenguaje. Comprendí, también por el psicoanálisis, que al recomponer de otra manera un universo simbólico, linguístico, eso puede contribuir un poco a desplazar otras cosas en otros ámbitos de la vida. Un poquito, tampoco hay que imaginar que va a transformar todo.

Por otro lado, cuando fui, en el momento de hacer las entrevistas, a que me comentasen en qué la lectura les había podido o no cambiar algo en su vida, me sorprendió ver que espontáneamente los jóvenes, incluidos los de medios sociales modestos, hablaban rápidamente de lo que eso había podido cambiar en la representación de sí mismos, en la representación de la relación con el mundo y en la relación con los otros. Esto ya lo había sentido cuando trabajaba en las entrevistas sobre la lectura en el medio rural pero se hizo más patente cuando trabajamos con los jóvenes de los barrios desfavorecidos. Muchos de estos jóvenes nos han hablado de la importancia que había tenido la lectura, incluso fragmentaria, episódica, en la construcción de sí, en el sentido amplio, esto es, la apertura del imaginario, la constitución del espíritu crítico, la elaboración de una relación algo diferente con los próximos, sea la familia, el grupo étnico en algunos casos, los amigos. La lectura constituyó para estos jóvenes un medio de representarse ellos mismos de manera diferente y eso provocaba que tuvieran una representación de sí mismos más rica, más diversificada, más abierta, más en movimiento, que la representación rígida de la identidad que, muy frecuentemente, se tiene.

Hay personas que sí se han acercado a la lectura desde una perspectiva psicoanalítica como Marie Bonnafé que desde hace años, por ejemplo, ha trabajado el tema de la lectura y los bebés. También hay algunos psicoanalistas que han desarrollado este tema, especialmente con los niños muy pequeños, y sigue habiendo gente por aquí y por allá que siguen trabajando el tema, pero es verdad que podría desarrollarse más.

Un acercamiento de la biblioteca pública a los públicos originalmente no predestinados a su uso exige más allá de un "deseo", de una "buena voluntad", una reflexión y acción sobre el tipo de documentos que la biblioteca va a poner a disposición, las formas de presentar esos documentos, la señalización de la biblioteca. En este sentido, ¿cuáles cree usted que son las medidas más urgentes sobre las que habría que actuar?

Es verdad que los jóvenes usuarios de medios populares son muy sensibles a la implicación personal de un profesional, de un bibliotecario, lo que no significa, forzosamente, un tipo chistoso, enrollado. Claro está que tendrá una actitud condescendiente pero eso no quiere decir un demagogo, uno que vaya con el rollo de que somos iguales, somos colegas.

Son también muy sensibles al hecho de que no se puede transmitir más que desde la experiencia que se tiene. Y si alguno tiene buena voluntad pero también un sentimiento muy ambivalente respecto a la lectura, eso es lo que el muchacho entenderá. Comprenderá que tras un discurso de buena voluntad existen sus reservas, que tras hermosas palabras se esconde un discurso respecto a la lectura muy culpabilizado y que se plasma en preguntas, más cercanas al orden de la moralidad, como "¿cuáles son las lecturas válidas?", "¿qué es un buen lector?".

Tener una voluntad profunda de acogida a los otros, tener en el equipo de la biblioteca a alguién que tenga un conocimiento del libro y una postura no ambivalente hacia la lectura y, sobre todo, un gran profesionalismo, son los tres elementos claves. Cuando digo profesionalismo no lo hago en el sentido tecnicista sino en el sentido de siempre plantearse cuestiones, de dudar y, sobre todo, de inventar. Reflexionar sobre cómo va a moverse en esta biblioteca tal muchacho del barrio, cómo va a percibir todo ese muro de libros, si va a saber orientarse. Pensar esos aspectos en función de tal tipo de usuarios y no únicamente en función de la CDU.

Las bibliotecas con las que trabajamos a la hora de realizar la investigación sobre los usuarios de las bibliotecas de barrios desfavorecidos están entre las mejores, con una larga experiencia en este ámbito de la lectura pública. Me di cuenta, al hablar con estos bibliotecarios, que cada detalle estaba pensado. Por ejemplo, en Bobigny, en el momento de la encuesta, estaban construyendo una nueva biblioteca anexa. La directora había pensado tanto en la elección del tipo de sillas como en la constitución del fondo documental. Todo estaba reflexionado y pensado. En consecuencia, creo que es la alianza de tres aspectos: un deseo real de hospitalidad, una relación con el libro no ambivalente o culpabilizadora y una inteligencia activa en todo momento.

Pero cuando ustedes han hecho las entrevistas con esos muchachos y muchachas de barrios desfavorecidos, ¿han apreciado en sus discursos como algo remarcable la importancia que acordaban a la disposición del espacio, a la señalización?

Son muy sensibles a todo ese tipo de aspectos, al espacio físico de la biblioteca, más o menos bello, acogedor, claro, pero a la vez que ofrezca rincones más privados. Siempre es así de sutil. Son muy sensibles a la manera de exponer los libros y a una señalización más o menos legible. Cada uno de estos detalles es sumamente importante. Se dan cuenta de todo. No han cesado de decir que deseaban una biblioteca viva, pero no sólamente en el sentido de animada, sino de la renovación del fondo documental, de posibilidades de orientarse, que no sea sólo muro tras muro de libros. Eso requiere una configuración de los lugares que esté finamente pensada y una presencia real de los bibliotecarios.

Esto último es interesante pues lo han remarcado continuamente y pienso que no lo hubiera señalado tanto un público más favorecido, más escolarizado. Cuando, por ejemplo, yo voy a una biblioteca paso de si los bibliotecarios me dan los buenos días o no. Al contrario, prefiero que me dejen en paz. A cualquier biblioteca que vaya me sé desenvolver en tres minutos y localizar lo que quiero. Las personas que han tenido una escolarización elevada pues imagino que actuan como yo. En cambio, para alguien que está socialmente poco autorizado para estar en una biblioteca, todos estos aspectos son muy importantes.

También puede existir un efecto de discursos contradictorios. Si tenemos las mejores intenciones del mundo pero, a la vez, concebimos un espacio muy hermético para la biblioteca, entonces abrimos con una mano y cerramos con otra, deseo que vengas y por el otro lado estoy manifestando, con mi concepción del espacio, que no lo hagas. Esto nos lleva a contradicciones y ambivalencias profundas. Usted señalaba las del poder, las de los gobiernos, pero yo creo que todo el mundo ha de interrogarse sobre ello. Y si bien en muchos bibliotecarios existe ese real deseo de abrir la biblioteca a todos los públicos, también persiste en otros la vieja idea de que sería mejor si no hubiera público, que no hace más que estropear los libros.

Usted, por su formación (en sociología y antropología) y profesión (miembro del laboratorio LADYSS del CNRS-Université de Paris I) no es bibliotecaria. Pero al haber realizado diversos estudios sobre la lectura en el mundo rural o en los barrios desfavorecidos de grandes ciudades francesas ha entrado en contacto con la biblioteca pública y, en concreto, con los bibliotecarios. ¿Qué es lo que ha encontrado (quizás sin buscar)?

Es difícil tener una representación general de la profesión. Frecuentemente he visto a los bibliotecarios en las situaciones más óptimas para ellos ya que les veo en cursos de formación profesional, coloquios, etcétera, y muy a menudo no están de una manera obligada sino que lo han escogido. Esto ya hace una selección, pues son personas con un deseo de formación, con inquietudes. Además, salvo en algunas ocasiones, no les veo en su actividad profesional, en el día a día. Ya sabemos que cuando hay una reunión, un coloquio, un curso, siempre se da un cierto grado de exaltación, uno se ve que no está tan sólo, que hay otros compañeros con las mismas inquietudes.

Haciendo todas estas precisiones, he de decir que me gustan los bibliotecarios en el sentido de que, frecuentemente, me sorprenden su relativa libertad de pensamiento, la buena circulación de informaciones y experiencias entre ellos y, quizás me equivoque pero así lo veo, su lado un poco libertario. Lado en algunos casos un poco extremo que, por respeto estricto al usuario, provoca que no ayude al usuario, o a cierto tipo de ellos, cuando quizás lo tuviera que hacer.

Tengo una representación positiva de los bibliotecarios que he encontrado, que son, hay que precisarlo, bibliotecarios municipales y públicos situados en lugares nada fáciles, lo que no deja de ser una categoría de bibliotecarios. Creo que es una profesión que ha evolucionado rápido, al menos en Francia donde existía un gran retraso.

Sí, tengo mucha estima por los bibliotecarios. Muchas de las personas que he encontrado en el medio de las bibliotecas públicas, y no sólamente en Francia, tienen un espíritu real de servicio público, en el mejor sentido del término. Es decir, un planteamiento continuo sobre cómo servir bien al público.

Y para esos jóvenes de barrios desfavorecidos con los que ha realizado entrevistas sobre la biblioteca y la lectura, ¿qué son para ellos los bibliotecarios?

Para ellos, lo primero y lo más claro es que son alguien distinto a los enseñantes. Desgraciadamente para los profesores, muchos de esos jóvenes perciben la escuela como un lugar institucional, en el peor sentido del término, limitante, y el aprendizaje en la escuela como algo cercano a la sumisión (incluso si frecuentemente diferencian entre la institución y tal enseñante, el cual está dotado, desde su óptica, de todas las cualidades). Por el contrario, la biblioteca es percibida, incluso si para muchos es un lugar para hacer las tareas escolares, como una tierra de libertad. El bibliotecario es claramente percibido como alguien que no es un profesor, aunque tengan en común que están en el lado del saber. Incluso creo que tienen una representación un tanto idealizada del bibliotecario pues tienen la idea de que lo sabe todo, que ha leído todo, casi un saber universal.

Aparte de estas consideraciones generales no hablan mucho del bibliotecario como una categoría sino de tal o cual bibliotecario. Se dan cuenta rápido de quien es quien.

Notas:

PETIT, M.: "¿Cómo pueden contribuir las bibliotecas y la lectura a la lucha contra la exclusión?", en: ¿Dónde están los lectores? La contribución de la biblioteca pública frente a los procesos de exclusión: Actas V Jornadas de bibliotecas infantiles, juveniles y escolares. Salamanca: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1998.

CHARTIER, R.: "Textes, imprimés, lectures", en: POULAIN, M. (dir.): Pour une sociologie de la lecture: lectures et lecteurs dans la France contemporaine. Paris: Cercle de la librairie, 1988, pp. 11-28.

CERTEAU, M. de: L'Invention du quotidien, 1/ Arts de faire. Paris: Gallimard, 1990.


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Esta entrevista fue extraída, con autorización de los editores, de la revista Educación y Biblioteca. Año 10, N° 96; Madrid, diciembre de 1998.

Imaginaria agradece a su autor las facilidades brindadas para su publicación en esta página.

Ramón Salaberria (biok@mail.internet.com.mx) es investigador español, especializado en el tema de las Bibliotecas. Dirigió durante varios años la revista Educación y Biblioteca y actualmente reside en México.


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Michèle Petit en Argentina

Reseña del libro "Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura" de Michèle Petit

quinta-feira, 10 de julho de 2008

Nuno Ramos ataca Bienal de SP no "Provocações"

O vazio da Bienal se reflete nas patotas ligadas aa rte em S Paulo o que determina a falsa produção de S. Paulo, e nemse estende a uma visão ampla da produção do Pías, mas ela, a BIENAL que ser este retrato, que não pode.PACV


Nuno Ramos ataca Bienal de SP no "Provocações"
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da Folha de S.Paulo

Um dos mais brilhantes artistas da sua geração, o paulistano Nuno Ramos é o "alvo" de Antonio Abujamra no programa "Provocações", exibido hoje na TV Cultura, às 23h40.

Ramos não é de se esquivar de polêmicas, e, por isso, um dos pontos altos do programa é quando ele critica a 28ª Bienal de SP, mais conhecida como "Bienal do vazio" e que começa em outubro próximo, qualificando de "um pouco besta" ao se referir à conceituação do evento ser formatada mais em razão do esgotamento de seu modelo institucional do que à uma conceituação original.

"Daqui a pouco vão falar do Heidegger, da Mira Schendel", diz ele, lembrando de como o vazio era uma questão importante para o filósofo alemão e para a artista suíço-brasileira.

Ramos, assim, torna pública uma crítica comum dentro do meio artístico, sugerindo que a tradicional exposição pudesse ser adiada e repensada, em razão de sua profunda crise, sendo efetivamente realizada daqui a dois anos.

"Mas, pelo que li, já há 40 artistas", conta ele, contudo ressaltando que, com isso, possa surgir alguma boa resposta estética. O artista também destaca a contribuição da crítica em sua obra, em especial a de nomes como Alberto Tassinari e Rodrigo Naves, e lembra de seus textos sobre futebol, entre outros assuntos. (MG)

terça-feira, 8 de julho de 2008

A lucidez e a loucura em Estamira



Ver e ouvir Estamira , também é ouvir Marcos Prado, que lhe deu a voz, é uma experiência estonteante e que nos causa pavor diante do que somos inseridos no sistema, nos TROCADILOS, no além do além.Estamira é a voz da desrazão em razão, que nao sossobra para o mundo pois para a maioria seu ritmo e pensamento é desviante.Ela é o fulgor que emerge diante do lixo da sociedade que somos e não queremos saber pois o sistema apaga desinfeta para que esqueçamos desse lixo que somos, dessa contradição que nos constitui, desses valores em contradição ao humano.Estamira é o mundo, como ela mesma diz, ela é a inflação a infecção que somos e as desidratamos com a desculpa de que reciclando tudo apaga, e se renova.Os valores que esta mulher aponta é o conflito que mantemos,na política, na saúde, na educação, na economia, na sociologia e na pseudo desinfecção que operamos.O Filme desliza numa condensação operatória de momentos - dos pensamentos- Deleuzeanos e Foucaultianos e Nietzscheanos ,ja apontados- há tanto tempo e que permaençemos ainda nessa "beira" de estado ao qual nos submetemos dentro do sistema da sociedade de controle, em que se opera os horrores de negociação de ordens de valores que muito mais sufoca que valoriza a ordem do humano.Diz Estamira:
"Tem o controle remoto superior natural, e tem o controle remoto artificial. O controle remoto é uma força quase igual assim, mais ou menos igual à luz, à força elétrica, a eletricidade, sabe. Agora, é o seguinte, no homem, na carne e no sangue tem os nervos. Os nervos da carne sanguínea vem a ser os fios elétrico. Agora, os deuses, que são os cientistas técnico, eles controlam. Ele vê aonde ele conseguiu. Os cientistas, determinados trocadilos, ele consegue. Porque o controle remoto não queima, torce. O cientista tem o medidor que controla. Igual o ferro, o ferro ali. Aquele que tem os número, tem pra lã, tem pra… é… Tão simples, né?"
O filme é inovador e cria um marco não so pelo conteúdos mas pela depuração estética, das imagens , no conluio com a música da própria Estamira e de Decio Prado.Estamira é um recado loquaz que o cinema nos propõe para voltarmos e sempre a ter a filosfia ao nosso lado

Marcos Prado retrata a lucidez e a loucura em “Estamira”


Marcos Prado retrata a lucidez e a loucura em “Estamira”
27/07/2006
Neusa Barbosa
Já fazia seis anos que o fotógrafo carioca Marcos Prado se dedicava a um projeto de documentar o cotidiano do lixão do Jardim Gramacho, em Duque de Caxias (RJ) quando se deparou com uma senhora contemplando a árida paisagem. Ao pedir para tirar o seu retrato, Prado ainda não fazia idéia de que ela se tornaria a protagonista de seu longa de estréia como diretor, o documentário Estamira, que leva o nome da mulher, sexagenária, que trabalhava no imenso lixão.
Apesar de ser uma pessoa difícil, que os próprios amigos no lixão descreviam como “bruxa de Gramacho”, e de sofrer de distúrbios mentais, a afinidade entre Estamira e o fotógrafo foi imediata. “Ela logo me convidou a sentar ao lado dela, me mostrou seu arroz, seu fogão. Ela cozinhava no lixo. E tinha aquele discurso fantástico. Eu só conseguia pensar: ‘Quem é essa pessoa?’”, conta Marcos, em entrevista exclusiva em São Paulo, no final de julho de 2006.

A figura carismática capaz de longos discursos sobre a vida num vocabulário todo próprio não saía da sua cabeça e Marcos voltou a procurar Estamira. Mas ela não estava no lixão. Tinha sido apedrejada, depois de denunciar um casal que roubava as lonas usadas como abrigo pelos velhinhos que viviam no lixão – uma das muitas violências que sofreu no local, que não tem segurança à noite. Procurando-a em casa, Marcos foi recebido com uma frase sintomática: “Tarda, mas não falha”. Depois, pediu autorização para fazer um filme da vida dela. “Eu já estava envolto na magia do verbo de Estamira”, confessa.

Foram quatro anos desde esse primeiro encontro (em 2000) e a conclusão do filme, que acumulou até agora 25 prêmios, no Brasil e no exterior – como o Grande Prêmio do Festival Internacional de Documentário de Marselha e o de melhor documentário no Festival de Karlovy Vary (República Tcheca), na Mostra Internacional de São Paulo e no Festival do Rio. Nesse período, foi estabelecida uma relação de confiança, que é nítida na maneira como Estamira se expõe para a câmera, revelando seu cotidiano no lixão, sua casa peculiar, repleta de objetos e gatos (tem 50) e sua tensa relação com os três filhos – um dos quais, evangélico, proclamando que o problema dela, na verdade, é estar “tomada pelo demônio”.

O diretor conta que vários terapeutas lhe disseram que o filme acabou sendo uma espécie de terapia involuntária para a mulher. Ele mesmo acredita que do processo resultou algum bem: “Ela deve estar melhor do que estava. Lembrou coisas que devem ser importantes para a reconstrução dela”.

Àqueles que acham que o diretor expôs demais sua personagem, ao mostrá-la em cenas de aberto conflito com o filho e escandalizando seu neto, o diretor rebate: “Refleti muito sobre os limites da ética e da intimidade. Mas pensei que, ao cortar certas cenas, eu iria estar mitificando a Estamira. Ela mesma foi a primeira a ver o filme pronto. E me disse que a decisão de cortar ou não qualquer coisa era mesmo minha. ´É a sua missão´, ela disse. Eu juntei esse quebra-cabeças como quis”.

O diretor acredita que, apesar de mostrar um universo com tantas situações fortes e tristes, seu filme tem uma mensagem positiva. “Apesar de tudo, ela é uma pessoa que se impõe. Apesar das adversidades, ela encara a vida de frente. Ela poderia ter se entregado”, pondera.

Atualmente, Estamira não vai mais ao lixão – que continua existindo, mesmo estando saturado, com riscos ecológicos -, toma remédios, ganhou peso e continua se tratando, por vontade própria. Uma vez por semana, vai sozinha a uma unidade de atendimento psiquiátrico. Lá, o filme despertou a admiração de pelo menos um médico, que se esforça para mostrá-lo aos demais. Prado também defende: “Está na hora de haver uma nova reforma psiquiátrica no Brasil”.

Outra mudança na vida de Prado é que Estamira se tornou um relacionamento permanente. “Nos falamos duas, três vezes por semana. Eu a levo ao meu médico, pago uma mesada a ela. Vou fazer uma casinha para ela. Nós a adotamos”.

Sócio do cineasta José Padilha na produtora Zazen, Prado não era, porém, estranho ao cinema. Havia produzido os filmes Carvoeiros (2000), de Nigel Noble, e o premiado Ônibus 174 (2002), de Padilha. Seu próximo trabalho no cinema é outra produção: Tropa de Elite, ficção dirigida novamente por José Padilha, sobre rapazes que entram para o temido Batalhão de Operações Especiais (BOPE) da Polícia Militar do Rio de Janeiro.

by marcos prado

terça-feira, 1 de julho de 2008

A infância e o terror

Ainda somos primitivos, e sempre seremos?
O pacto de humanidade a cada dia se dilui como água que escorre parecendo afirmar que não há nada que nos ampare para arrefecermos o violento que somos.O capitalismo adentra a isto de forma invisível, mas adentra e a infância escorre sobre o consumo e a loucura do capital nos torna mais desumanos, a loucura sobre o homem é a mesma do homem para com a infância e a Mãe acusada de jogar bebê de prédio no PR passará por exame de sanidade mental Paulo a c v
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da Folha Online

A auxiliar de enfermagem Tatiane Damiane, 41, suspeita de jogar a filha de oito meses da janela do sexto andar de um prédio no centro de Curitiba (PR) no final da noite de segunda-feira (30), passará por exame de sanidade mental.

Depois de jogar a criança, a mãe ameaçava se jogar também, mas foi impedida por vizinhos que pediram para que ela saísse da janela. O corpo do bebê foi encontrado sobre um telhado de uma garagem do prédio. A menina caiu de uma altura de aproximadamente 20 metros. Vizinhos de Damiane tentaram agredi-la, mas foram impedidos.

Segundo o governo do Paraná, em depoimento à delegada Eunice Vieira Bonome, do Nucria (Núcleo de Proteção à Criança e ao Adolescente Vítimas de Crimes), a mãe confessou que jogou a filha da janela. Relatou que estava cansada de cuidar da criança e que não apresentava nenhum tipo de sentimento por ela. Damiane, segundo o governo do Paraná, só não se jogou por interferência dos vizinhos, que bateram na porta do apartamento e pediram para ela descer da janela.

A auxiliar de enfermagem relatou que tomava dois remédios, sendo um deles receitado por um psiquiatra. A Polícia Civil irá averiguar se de fato o medicamento foi prescrito por um profissional.

Damiane foi autuada em flagrante por homicídio doloso (com intenção de matar). A auxiliar de enfermagem foi encaminhada para o Centro de Triagem 1 e isolada das demais detentas. Somente após o exame de sanidade mental é que a Polícia Civil irá definir o destino dela.

mídia nada faz senaõ comer o consumo da loucura,