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segunda-feira, 26 de agosto de 2019

Para Entender o Mundo e suas mudanças há que entender não só Marx mas entender muito bem o Mundo

*David Harvey piensa que la izquierda no está a la altura del momento político e histórico y debe reformularse (Foto: Catarsi Magazín)




O pensador David Harvey nos dá dicas na contemporaneidade sobre como seria pensamento de K. Marx.O Site Mision Verdad -http://bit.ly/2KXsc5r -traz matéria que vale ser contemplada, lida, pensada para dias tão difíceis como os de hoje.



MARX PENSABA QUE PARA CAMBIAR EL MUNDO PRIMERO HAY QUE ENTENDERLO, Y ENTENDERLO BIEN"Arnau Barquer 

Con relación a la urbanidad y la política, David Harvey es uno de los geógrafos más respetados de la actualidad. Su análisis sobre el tema de la vivienda en el capitalismo global es imprescindible para aquellos que quieren adentrarse en la relación de las luchas sociales y los movimientos de inquilinos.
En esta entrevista realizada por Arnau Barquer, doctor en historia y coordinador de Catarsi Magazínprimero publicada en catalán, resuena el asunto anterior pero ahonda en otros necesarios sobre discusión política global.
Es tal vez su propuesta en torno a las políticas de izquierda sobre los diferentes temas que competen a la vida cotidiana de las mayorías lo más interesante de su reflexión. La desconexión existente entre los verdaderos problemas de la gente y la agenda de los partidos izquierdistas en el mundo se hace evidente en las palabras de Harvey, en un ejercicio de crítica más allá del oportunismo polarizante.
La visión que el intelectual británico tiene de las crisis financieras recientes y su relación con la situación política global calza con la línea de investigación que desde hace tiempo esta tribuna viene desarrollando, con el fenómeno Donald Trump y la combustión en las entrañas del poder estadounidense en plena ebullición.
Reproducimos la entrevista completa, incluida la discusión sobre la obra de Karl Marx y su influencia en nuestros tiempos contemporáneos.

Nos gustaría empezar hablando de la crisis. Hace diez años ya del crack de 2009. ¿Cree que es una crisis global del capitalismo?
Hay muchas formas de entender las crisis. A mí me gusta decir que las crisis son períodos de reorganización del capital. Hay gente que cree que las crisis señalan el fin del capitalismo, pero yo creo que más bien son adaptaciones del capitalismo a nuevas circunstancias y momentos de reestructuración hacia un sistema alternativo.
¿Qué consecuencias cree que ha tenido la crisis de 2009? ¿Cree que la crisis ha terminado o, como dicen algunos economistas, estamos a las puertas de una nueva recesión?
Es interesante. Normalmente nos encontramos que la economía va bien y a la gente le va mal. Lo que pasó entre 2007 y 2009 fue una gran anomalía porque hubo diversas respuestas ante la crisis. En Occidente mayoritariamente se optó por la austeridad, de decir que era una crisis de la deuda y que se tenía que reducir. Que se tenía que recortar el gasto, tanto, que afectó negativamente a la calidad de vida de la mayoría de la población. Esto no afectó para nada a los ultrarricos, porque los datos muestran que el 1% (ó el 5%, ó los que sean) soportó muy bien la crisis y obtuvo grandes beneficios. Como reza el dicho: "No desaproveches nunca una buena crisis". Los financieros salieron bastante bien parados de la crisis.
Pero hubo otra respuesta totalmente diferente, que fue la de China. La China no optó por políticas de austeridad, hizo una inversión masiva en infraestructuras y urbanización. Hasta el punto que disparó la importación de materias primas. Así que los países proveedores, como Chile con el cobre, Australia con el hierro y los minerales, Brasil con los metales y la soja, etc., superaron la crisis relativamente rápido. Creo que la China, ella sola, ha salvado el capitalismo global del colapso. Y esto es una cosa que en Occidente no se tiene muy en cuenta. La China ha creado más crecimiento desde 2007-2008 que Estados Unidos, Europa y Japón juntos. Como respuesta a la crisis, es brutal.
Así que ha habido dos salidas a la crisis. Técnicamente, terminó en 2009, pero si te fijas en las condiciones de vida de la gente, hay un estancamiento desde 2007-2008. Yo me centraría en un tema: en las crisis anteriores, como en la década de los 30 ó los 70, el capitalismo se ha reorganizado. En los años 30 fue la economía keynesiana, la intervención estatal, el control de la demanda, etc. En los años 70 surgieron las condiciones neoliberales que funcionaron un tiempo. Pero esta vez no creo que haya cambiado nada. Si acaso, las políticas que se han hecho son aún más neoliberales. Pero el problema es que el neoliberalismo ha perdido atractivo y legitimidad. Así que nos encontramos un neoliberalismo impuesto por medios autocráticos, a veces con el populismo de derecha con Trump, o a veces desde el propio capital.
Hablaba de Trump. A veces las crisis sirven para abrir puertas a la organización de la gente, pero en Estados Unidos y Europa hemos visto cómo la ciudadanía optaba por ideas y líderes reaccionarios. ¿Podemos pensar aún en el peso de un término como, por ejemplo, las condiciones objetivas?
Sí que podemos pensarlas, claro. ¿Por qué no? Las condiciones objetivas también se ven en las políticas. Creo que la izquierda no ha respondido bien a las transformaciones del capitalismo y que puede caer en errores que ya ha cometido. Por ejemplo, en los años 80 y 90 hubo mucha desindustrialización en Occidente por los cambios tecnológicos. La izquierda intentó defenderse de la desindustrialización y proteger las clases obreras tradicionales. Pero perdió la batalla y con ella, mucha credibilidad. Ahora vemos lo que pasa con la Inteligencia Artificial (IA). Llegará y hará con los servicios lo mismo que la automatización hizo con la manufactura. Y la izquierda puede volver a caer en el error de luchar contra una innovación que se impondrá. Creo que deberíamos ser una izquierda creativa que abrace la IA, la automatización, la idea de nuevas estructuras laborales y de ocupación, que vaya más allá de lo que plantea el capitalismo.
Pero eso significa hacer nuevas políticas, porque la clase trabajadora tradicional ha desaparecido en muchos países. Y, por lo tanto, la base tradicional de la izquierda ha desaparecido. No del todo, claro, pero sí bastante. Necesitamos una nueva izquierda que se centre en políticas anticapitalistas. Esto quiere decir centrarse no solo en los puestos de trabajo y los trabajadores, sino también en las condiciones de vida, la vivienda, servicios sociales, medio ambiente, transformación cultural. Necesitamos una izquierda con mirada amplia que ataque todas estas cuestiones en conjunto, ir más allá del pensamiento tradicional de una clase trabajadora en la que hay que basar todo.
Centrándonos en estos puntos, hay un potencial revolucionario en los movimientos sociales urbanos. ¿Cree que se han menospreciado desde los partidos de izquierda? ¿O hay cambios?
Ya hace tiempo que hay movimientos sociales en las ciudades. Por ejemplo, en los últimos 20 años los principales movimientos sociales se han centrado en el deterioro de las condiciones de vida en las zonas urbanas. Por ejemplo, las revueltas al Gezi Park de Turquía. En Brasil contra el transporte y la inversión en infraestructuras. Tenemos que asumir que hoy en día hay más focos de protesta en estos términos que en reivindicaciones laborales. Aún hay problemas en los lugares de trabajo, pero la izquierda tiene que hacer políticas para canalizar las demandas de los movimientos sociales.
Ya hace tiempo que lo digo. En los años 70 ya apuntaba que la izquierda tenía que tirar hacia aquí, pero nadie me hacía demasiado caso. Desde el año 2000 me escuchan un poco más. Por ejemplo, el movimiento de inquilinos que se está generando es importante. En Nueva York ya hace tiempo que hay. Hay demandas sobre este tema en California. ¿Cuántas ciudades en el mundo hoy en día hay con organizaciones de inquilinos y cuántos partidos de izquierda hacen políticas al respecto? Es increíble. No tiene sentido. ¿A qué se enfrentan? Los grandes capitales como Blackstone, que ya es el promotor inmobiliario más grande del mundo, controla California. Está empezando a ganar por aquí. Ya está en Shanghái, Bombay y en todas partes. Estos movimientos de inquilinos son totalmente anticapitalistas en este tema.
¿Cree que este problema mundial abre posibilidades para unir los movimientos anticapitalistas en diferentes luchas?
Las posibilidades que hay me crean expectativas. Si hubiera un movimiento internacional de expropiación a Blackstone, por ejemplo, sería interesante.

David Harvey é um dos marxistas mais influentes da atualidade, reconhecido internacionalmente por seu trabalho de vanguarda na análise geográfica das dinâmicas do capital. É professor de antropologia da pós-graduação da Universidade da Cidade de Nova York (The City University of New York – Cuny) na qual leciona desde 2001. Foi também professor de geografia nas universidades Johns Hopkins e Oxford. Sua obra foi apontada pelo Independent como uma das mais importantes de não-ficção publicadas desde a Segunda Guerra Mundial. Dele, a Boitempo publicou O enigma do capital, os dois volumes de seu guia de leitura Para entender O Capital, Os limites do capital, Paris, capital da modernidade e seu mais novo livro, 17 contradições e o fim do capitalismo.por Boitempo Editorial
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