REDES

domingo, 22 de junho de 2008

Falha em tratamento de esgoto piora rio Tietê



Publicidade
JOSÉ ERNESTO CREDENDIO
CONRADO CORSALETTE
da Folha de S.Paulo

A Sabesp despeja no Tietê esgoto tratado na Grande São Paulo por um sistema deficiente --incapaz de tirar elementos químicos que pioram a qualidade do rio no interior paulista. A conclusão está expressa em 11 linhas do relatório de qualidade das águas divulgado há duas semanas pela Cetesb, a agência ambiental paulista, que monitora os rios de São Paulo.

Segundo a Cetesb, o sistema de tratamento implantado, e em expansão, não consegue remover nitrogênio e fósforo, substâncias que fazem proliferar algas e outros organismos que roubam oxigênio da água, afetando a vida aquática.

A Cetesb apontou o problema de deficiência no tratamento do esgoto a partir de testes realizados entre a ponte dos Remédios, a barragem Edgard de Souza e a barragem de Pirapora. Lá, foi constatado que existe uma tendência de aumento das concentrações de nitrogênio e de fósforo.

Além disso, a Cetesb suspeita que a ETE (estação de tratamento) de Barueri, que responde por 70% do esgoto tratado na região metropolitana (referente a 4,5 milhões de pessoas), funciona de forma inadequada. Isso porque melhorou a água coletada para testes antes do ponto em que o esgoto tratado é despejado, o que não ocorreu nos trechos após o local em que esse esgoto chega ao Tietê.

Um indicador de poluição, que mede a necessidade de oxigênio na água, "confirma que não existe uma redução da carga orgânica destinada ao médio Tietê", segundo a Cetesb.

A pior condição para a vida de peixes no Tietê está em Pirapora do Bom Jesus, cidade a 53 km de São Paulo conhecida pela espuma que costuma cobrir o Tietê e até inundar as ruas.

Para a Cetesb, é necessário discutir a implantação do chamado sistema terciário de tratamento, que consegue eliminar fósforo e nitrogênio.

Hoje, a Sabesp faz um tipo de tratamento mais grosseiro e está investindo R$ 6 bilhões em saneamento em todo o Estado, sem modernizar a tecnologia.

"As ações em saneamento continuam pertinentes, porém, podem ser melhoradas para avançarmos na qualidade das águas e na saúde pública", diz o gerente do departamento de águas superficiais e efluentes líquidos da Cetesb, Eduardo Mazzolenis de Oliveira.

A opinião de que é necessário mudar o sistema é referendada por Plinio Barbosa de Camargo, do Centro de Energia Nuclear na Agricultura da USP (Universidade de São Paulo), em Piracicaba, especialista em tratamento de efluentes.

Uma pesquisa iniciada há nove anos, após o ponto de esgoto tratado no rio Piracicamirim, em Piracicaba, revelou que a água piora nesse local, efeito semelhante ao do Tietê.

"Hoje, são gastos milhões em sistemas de tratamento que não dão conta, em estações que não vão funcionar", diz.

Distrito Federal

Em Brasília, cerca de 50% do esgoto coletado é tratado pelo sistema terciário, cuja implantação e operação são bem mais caras, mas mais eficientes.

Segundo Carlos Eduardo Pereira, superintendente de operação do sistema de esgotos da Caesb (a Sabesp local), o processo é necessário porque a região tem rios pouco volumosos e muitos lagos e lagoas. Por causa disso, a poluição despejada em um lago pode permanecer por até dois anos. "Com nossa situação aqui, precisamos tratar o esgoto com a máxima eficiência", disse.

Segundo ele, o custo de implantação do sistema terciário foi de R$ 60 por habitante. O sistema secundário custa R$ 35, e o primário R$ 20.

Já a operação do sistema terciário tem um custo aproximado de R$ 0,80 por m3. Em um sistema primário esse valor não passa de R$ 0,10.

Colaborou LUIS KAWAGUTI

Leia mais

Rios de Ribeirão recebem 50% de esgoto "in natura"
Sabesp diz que obedece lei ambiental na manutenção do Tietê
Barra Bonita oferece passeios de barco às margens do rio Tietê
Tietê recebe 34 mil litros de solvente devido a acidente na marginal; tráfego é lento
VÍDEO: Jovens querem transformar rio Tietê em obra de arte
Sabesp e OAB-SP firmam acordo para minimizar poluição no rio Tietê
GUIA DA FOLHA: Veja programação cultural e de diversão no maior roteiro da internet
Especial

quinta-feira, 19 de junho de 2008

Una nueva, última, traducción del mítico Las mil y una noches


Viernes, 13 de Junio de 2008

LIBROS

La lectora impasible
Una nueva, última, traducción del mítico Las mil y una noches desarma de un plumazo ese encantador título –no hay ni una ni mil noches–, devela la voracidad de otras versiones por sumar cuentos que nunca existieron en el original –y que ni siquiera eran árabes– y rescata el erotismo y la sensualidad del original mil veces censurado y reinventado. Sólo Sherezade quedará en pie, aunque no intacta: se conserva su amor por la lectura, se pierde a la heroína que salva su vida a través del relato. Pero, claro, esta versión editada ahora por Edhasa no tiene por qué ser la última, apenas la más reciente.






[cerrar]Comparta esta nota con un amigo
E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail
Comentario


Por Liliana Viola

¿Quién puede desasirse de Las mil y una noches? Nadie puede. Están instaladas con sus guiños exóticos y hasta caricaturescos en la habitación de la infancia. De Las mil y una noches se puede recordar incluso lo que jamás se ha leído, y todos tienen algo que decir de Sherezade. Hoy mismo, cuando una estética cíber parece haber eliminado todo candor, este libro con sus insolentes versiones ilustradas, más literarias o menos, más árabes o lo que sean, cierran el circulo. La alfombra de Aladino, el cinturón de Simbad y la piedra que sólo se abre con “Sésamo” en “Alí Baba y los cuarenta ladrones”, se encargan de arraigarla más. Pero aun así, todo esto no quita la sospecha. Siempre es una sospecha lo que mantiene con vida a la ensoñación. ¿Y si acaso estas historias no fueran Las mil y una noches? Algo falta o algo sobra, algo definitivamente no coincide. Porque, ¿hasta qué punto las traducciones sucesivas no traicionaron los detalles, las relaciones amorosas, las sexuales, el perfil de los personajes y hasta lo que iba ocurriendo en cada uno de los cuentos? La duda sobre la fidelidad de estas noches estuvo desde siempre y es parte del encanto perverso que tiene el libro, lasciva invitación a aportar la noche faltante, la cierta. Eso es lo que hicieron, por dar apenas tres ejemplos, Pasolini, también Stevenson y el mismo Borges. Algo envidiable tiene Sherezade que lleva a tantos a querer imitarla, la mujer que cuenta y mantiene en suspenso la ira del sultán, capaz de hacer cambiar el orden del mundo, el razonamiento equivocado, la propia historia personal. Algo la hace encarnar el misterio y el poder de la literatura.

Pero tarde o temprano había que hablar del asunto. O volver a hablar, para después olvidarse. Una nueva traducción, aparecida en Buenos Aires en estos días, viene a confirmar lo bien fundada que estaba la sospecha de que las noches no eran tan ciertas. Ya en su Historia universal de la infamia Borges se divertía mucho poniendo en ridículo a uno de los traductores ingleses citando sus advertencias al pie: “Paso por alto un episodio de lo más reprobable (...). Suprimo acá una explicación repugnante. (...) Una línea demasiado grosera como para ser traducida me lleva a suprimir esta anécdota.” ¿Y si el libro que sirvió de ingreso a un mundo de sultanes, califas, harenes, eunucos y tanta infiel descuartizada fuera el fruto de esa obstinación occidental por ponerse a escribir cuando se trataba de leer?


INTERRUPTUS
El primer traductor europeo, Antoine Galland, responsable del gran malentendido pero también del encanto que provoca el libro hasta hoy mismo, quedará en la historia como el inventor de Las mil y una noches. En el sentido de descubridor y en el otro también. Coleccionista y filólogo, compró este manuscrito, que en realidad ya era una versión, en uno de sus viajes a Siria de donde solía traer objetos exóticos. Le llamaron la atención lo divertido y lo “fantástico” –palabra despectiva para la época– y se dispuso a la tarea de traducir, trabajo que consideró menor. El éxito del primer tomo sumado a aquello de las “mil noches” lo llevó a completar once tomos más. El objetivo, agradar y entretener a la corte de Luis XIV sin faltarle el respeto ni escandalizar a la concurrencia. El mismo advierte en su edición de 1703 que si en alguna ocasión se ha apartado del texto ha sido “cuando el decoro me impedía seguir el original”. Conclusión: una serie importante de orgías, descripciones minuciosas de encuentros entre las mujeres del harén y sus negros criados, ya que la infidelidad femenina suele ser detonante y arma poderosa para estas historias, han sido suprimidos. Si los lectores y lectoras han vislumbrado un atisbo y han sentido el interruptus, sepan ahora que estaban en lo cierto. Cierta celebración de los encuentros físicos y el regodeo en sus descripciones, que pone en suspenso toda moral constituye una de las mayores mutilaciones que había sufrido la obra. ¿Se puede reparar? La nueva versión, modernidad mediante, no está regida por esas limitaciones. En fin, la aparición de una traducción realizada hace muy poco por el prestigioso arabista europeo René R. Khawam –editada en estos días en Argentina por Edhasa– deja en evidencia lo mucho que a la historia de la lectura le costó salir de su habitación imaginaria. Este texto, según anuncia su autor, luego de 40 años de investigaciones sin pausa, se acerca como ningún otro a lo que el escritor árabe –que por anónimo no debe entenderse ausente– quiso decir. Por lo pronto, y he aquí la primera sorpresa, la versión que está disponible en estos días en español es la primera que se basa en los manuscritos antiguos y únicos confiables, que por otro lado siempre estuvieron a disposición. Vaya a saber qué caprichosa luna determinó que los otros traductores escogieran versiones posteriores, recopilaciones tardías o relatos orales. Como si hubiese un acuerdo tácito y unánime, no deja de asombrarse René R. Khawam, según el cual Las mil y una noches estuvieron condenadas eternamente a que no se les concediera la condición de texto como tal. ¿En razón de qué vergonzoso pecado? El libro fue condenado a ser hijo bastardo de un autor que no existe o que robó aquí y allá unos cuantos cuentos tradicionales de su tierra y salió corriendo. Tanto Rabelais como Shakespeare hicieron esto mismo. Y sin embargo hace rato que a nadie se le ocurre redondear sus palabras, sacar y quitar personajes según un gusto personal o en nombre del gusto en mayúsculas. Hablando del tiempo que ha costado acercarse a estas noches, hay que sumar que esta nueva versión escrita en francés a fines de la década del ochenta fue traducida al español recién el año pasado y ahora, a mediados de 2008, llega a nuestro país.


INFAMIA Y TRAICION = LITERATURA
Decirlo de una vez por todas: Las mil y una noches jamás fueron tales. Un error de interpretación hizo que aquella expresión en el título de la obra, “mil y una” que en árabe significa “muchas”, fuera entendida como un mandato por copistas y traductores. Salieron desbocados a buscar noches faltantes y en el fragor confiaron en otros manuscritos, en árabes amigos o simplemente advenedizos dispuestos a hacer valer sus imaginaciones. Es más, la edición original ni siquiera está dividida en noches. Cansados los traductores, como es muy posible suponer, las noches del final suelen ser más cortas que las del principio, las cosas pasan más rápido y de forma bastante inconexa, resultan cada vez menos árabes y más chinas, indias y hasta europeas. Cuenta la leyenda, por ejemplo, que la editora de la primera versión occidental incluyó por decisión propia y sin consultar al traductor dos cuentos turcos que le gustaron mucho y que según ella, tenían mucho que ver con el asunto. Hay más: la llegada de un narrador sirio al palacio donde trabajaba Galland, el traductor francés, conociendo el trabajo en el que estaba embarcado, le contó unos cuentos árabes muy hermosos que él prometió incluiría en algún tomo de Las mil y una noches. Y cumplió, ahí están.

Si alguien se tomara el trabajo de leer las traducciones francesas, inglesas y alemanas (las españolas son derivadas de éstas) que se han hecho hasta ahora, encontraría que la fantasía del traductor se descontrola a medida que avanza. A tal punto que ya ni se puede hacer comparaciones porque directamente cada uno va incluyendo cuentos diferentes. Basta esta introducción para que las lectoras y lectores hayan tomado asiento y se encuentren medianamente preparados para la noticia que se desprende de todo lo anterior: ni Simbad, ni Aladino, ni Alí Baba pertenecen a Las mil y una noches. A cambio del erotismo y las cuestiones políticas que se habían suprimido en anteriores versiones, se aconseja no buscar en vano estas historias que aparentemente fueron escritas unos siglos después que apareciera el original.


LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE SHEREZADE
A todo esto, Sherezade intacta. Porque de todos los personajes, si hay uno que mantiene su perfil a través de las múltiples versiones, es la narradora. Hay una razón técnica para que se haya salvado: su historia se cuenta al principio, breve y pronto. El autor (nadie hasta ahora ha puesto en duda que fuera un hombre) no tenía el factor intriga en su horizonte. La historia del sultán vengativo y la mujer capaz de cautivarlo y suspenderle la ira con sus narraciones es la coartada para enlazar esta serie de historias populares que fluyen unas desde adentro de las otras en una especie de abismo sin caída. Lo mismo que un siglo más tarde haría Boccaccio con la peste y sus diez jóvenes narradores. Para eso, señalan quienes pretenden –de espaldas a otros muchos fragmentos– hacer una lectura feminista de este texto, Sherezade no se vale de la seducción ni del secreto encanto del sexo, como el resto de las damas que aparecen en la misma obra. Sherezade no es más bella ni más atractiva que ninguna. Tiene otro don: no la seguridad de los que escriben sino la seguridad de los que leen. Porque si un detalle suele olvidarse de este personaje es que el narrador se esmera en presentarla como lectora. Desde el comienzo sabemos que hubo dos sultanes hermanos engañados por sus mujeres, primero uno y después el otro. Que uno de ellos ha decidido, luego de matar a su esposa, casarse con una doncella, desflorarla a la noche y asesinarla a la mañana. Y nos enteramos también de que Sherezade corta la matanza casándose con el sultán y manteniéndolo entretenido durante muchas noches más, hasta que se le pasa la bronca. Con estas palabras, algunas más algunas menos, las personas consultadas al azar para esta nota –todos conocían a Sherezade– respondieron lo mismo. Sin embargo faltan muchos detalles. La imagen que todos recordamos es tan traidora por simple, como puede serlo cualquier traducción. Para empezar, Sherezade no es una víctima, al menos en el corto plazo: no está en peligro ya que es la hija del guardia del sultán encargado de matar a las doncellas. Ella encara a su padre y pide casarse con el asesino. Los primeros sorprendidos son el guardia, por amor filial, y el sultán, por simple lógica. A continuación, el narrador presenta a su personaje: conoce los anales de la historia de su tierra, las leyendas y los saberes de las diferentes dinastías, ha disfrutado de la poesía, disfruta de la filosofía y de la ciencia. Su padre trata de convencerla con una alegoría y ella le responde que si bien el relato es convincente, puede contar muchos otros que justifican lo contrario. Si él no la entrega se entregará ella misma al sultán. Sherezade tiene un plan y aquí las lecturas han olvidado a una mujer de crucial importancia: Duniazad, la hermana menor que forma parte importante del plan. Duniazad es la encargada de entrar cada noche, una vez el sultán se ha descargado en el cuerpo de su hermana, y pedir como último favor que Sherezade le cuente el cuento.

La historia de Sherezade y también los cuentos que ella elige para educar al “hombre en crisis” han sido objeto de lecturas forzadas, para algunos, emblema de la sumisión y para otros, evidencia de la capacidad libertaria de las mujeres. Ante la profusión de maridos misóginos y furiosos que no dudan en decapitar mujeres para evitar la menor sospecha, ante la cantidad de mujeres engañadoras y vidas de esclavos y de pases mágicos, poco puede hacer una lectura que siempre es tendenciosa cuando llega con siete siglos de distancia. La edición corregida, aumentada y reducida, difícilmente llegue a borrar las noches que ya están instaladas, pero significa un gran aporte. Por un lado confirma la capacidad de ciertos libros de burlarse de la gente. Y por el otro (se aconseja leer con atención todo el apartado dedicado a historias con protagonistas femeninas) los cuentos y ciertos fragmentos agregados confirman una visión más compleja de la que se ha pretendido instalar, no sólo en relación con la inteligencia árabe, sino sobre las representaciones de la mujer a lo largo de la historia.

Irmãos e o Diabo



Irmãos e o Diabo
Irmãos e o Diabo
Ficha Técnica
Título Original: Before the Devil Knows You're Dead
Gênero: Suspense
Tempo de Duração: 117 minutos
Ano de Lançamento (EUA): 2007
Estúdio: Unity Productions / Michael Cerenzie Productions / Linsefilm
Distribuição: THINKFilm / Europa Filmes
Direção: Sidney Lumet
Roteiro: Kelly Masterson
Produção: Michael Cerenzie, William S. Gilmore, Brian Linse e Paul Parmar
Música: Carter Burwell
Fotografia: Ron Fortunato
Desenho de Produção: Christopher Nowak
Direção de Arte: Wing Lee
Figurino: Tina Nigro
Edição: Tom Swartwout


Elenco
Philip Seymour Hoffman (Andy)
Ethan Hawke (Hank)
Albert Finney (Charles)
Marisa Tomei (Gina)
Arija Bareikis (Katherine)
Paul Butler (Detetive Barrett)
Leonardo Cimino (William)
Alex Emanuel (JP)
Jack Fitz (Arthur)
Rosemary Harris (Nanette)
Blaine Horton (Justin)
Sarah Livingston (Danielle)
Brian F. O'Byrne (Bobby)
Aleksa Palladino (Chris)
Amy Ryan (Martha)
Michael Shannon (Dex)
Lee Wilkoff (Jake)
Megan Byrne (Enfermeira)



Sinopse
Nova York. Andrew "Andy" Hanson (Philip Seymour Hoffman) é um viciado em drogas cuja carreira de executivo está desmoronando. Para se livrar de uma auditoria, que demonstrará graves problemas na sua área, convence o irmão Hank (Ethan Hawke), que também tem problemas financeiros (deve três meses da pensão da sua filha, cuja guarda está com a ex-mulher), a assaltar a joalheria dos pais deles, Charles (Albert Finney) e Nanette (Rosemary Harris). O plano parece fácil, pois eles conhecem bem o funcionamento do lugar. Na hora da ação, os dois esperavam encontrar apenas uma idosa funcionária, mas sua mãe aparece de surpresa na hora do roubo. O cúmplice de Hank acaba ferindo-a tão gravemente que ela, apesar de não falecer, é considerada clinicamente morta. Charles jura se vingar a qualquer custo dos culpados, sem saber que está à caça de seus próprios filhos. Agora os dois irmãos precisarão lidar com as repercussões do seu trágico plano.




No podcast desta semana, o crítico da Folha Sérgio Rizzo fala sobre “Antes que o Diabo Saiba que Você Está Morto”, de Sidney Lumet, que estréia hoje nos cinemas brasileiros. Assim como o mais recente longa de Woody Allen em cartaz no Brasil, “O Sonho de Cassandra”, “Antes que o Diabo...” também aborda dois irmãos que se envolvem em uma atividade criminosa. Para ouvir o podcast, clique no microfone:




Escrito por Sérgio Rizzo às 12h21 PM

Comentários (0) | Enviar por e-mail | Colunistas do blog | Permalink
05/06/2008

O diabo disse não
O diabo disse não



Philip Seymour Hoffman e Ethan Hawke em cena de
"Antes que o Diabo Saiba que Você Está Morto"


Por Cássio Starling Carlos

A desaparição recente de Sydney Pollack e a estréia nesta semana do último filme dirigido por seu xará, de sobrenome Lumet, traz à tona um termo, artesão, que nós críticos usamos a torto e a direito como modo discreto de xingar ou de desconsiderar um artista.

Muitos podem considerar injusta a aproximação dos dois Sidneys. Enquanto Pollack é responsável por coisas difíceis de esquecer (de tão ruins) como “Entre Dois Amores” e sua estética “National Geographic” ou o remake plenamente dispensável de “Sabrina”, Lumet tem em seu currículo os furiosos e sempre atuais “Um Dia de Cão” e “Rede de Intrigas”.

Por outro lado, é difícil levar a sério a injustificável refilmagem que Lumet fez de “Gloria”, de John Cassavetes, ou a aberração “O Mágico Inesquecível”. Já Pollack conquistou um lugar de respeito por seu duríssimo “A Noite dos Desesperados” e no mais discreto e não menos importante “Três Dias do Condor” (confesso também guardar uma memória distante, mas emocionada do fundo político-amargo de “Nosso Amor de Ontem”).

Quero dizer com isso que o artesão não passa de um cumpridor de ordens, obrigado a dirigir desde abacaxis até filmes importantes, ao contrário do “autor”, que submeteria tudo e todos a suas escolhas pessoais e a seu controle genial? Não!

Ao criar esse tipo de hierarquia, depois copiada sem distinção na pressa com que muitas vezes escrevemos, a crítica de cinema imita um procedimento da história da arte, cujos efeitos mais atrapalham que ajudam. Um catálogo de obras-primas das artes plásticas pode trazer os mesmos manjados nomes e títulos de obras, mas basta uma visita a um museu com acervo diversificado para descobrirmos grandeza de todos os matizes “escondidas” em obras de artistas considerados “médios” (equivalentes aos que no cinema chamamos artesãos).

Voltemos ao caso Lumet. “Artesão acima da média” é o máximo que a crítica de extração “autorística” conceberia associar ao diretor americano. E, com sua larga experiência nas condições de trabalho e de criação no seio da indústria, o próprio Lumet é o primeiro a esvaziar o conceito de “autor” dos significados em que costumamos empregá-lo (a este respeito são valiosas as reflexões do diretor em seu “Fazendo Filmes”, lançado há uns dez anos pela editora Rocco em sua útil, mas irregular coleção Artemídia).

Mas eis que nos deparamos com seu último trabalho, de título sumamente irônico para quem o realizou aos 83 anos. “Antes que o Diabo Saiba que Você Está Morto” é, primeiro, um filme que nos arranca do conforto da cadeira. Ao modo habitual do thriller, Lumet conta uma história de suspense, cercada de alguns sinais bíblicos que lhe fornecem, digamos, um tanto de interesse simbólico. Na sua moral, não difere muito do que já estava dito em “Um Lugar ao Sol”, o clássico que George Stevens dirigiu em 1951, adaptando o romance “Uma Tragédia Americana”, de Theodore Dreiser.

Só que na sua estrutura, “Antes que o Diabo Saiba que Você Está Morto” é aquele tipo de filme que leva o crítico a se perguntar por que diabos quem o criou não pode ser considerado um gênio, mesmo que ocasional?

Lumet faz como se o filme existisse em dois planos, o da história e o da maneira em que ela nos é contada. A primeira ele nos oferece em todos os seus meandros, com início, meio e fim. Já na segunda, tudo se revira ao avesso, pois parece que existia um filme pronto e depois um filme reinventado na sala de montagem, um filme mostrado aos produtores e outro que ele fez escondido para nos mostrar.

Nesta astúcia ecoa a definição de estilo que Lumet dá em seu livro: “Fazer filme sempre gira em torno de contar uma história. Alguns filmes contam uma história e nos deixam com uma impressão. Alguns contam uma história e nos deixam com uma impressão e nos dão uma idéia. Outros contam uma história, nos deixam com uma impressão, nos dão uma idéia e revelam alguma coisa sobre nós mesmos e os outros”.

Com seus efeitos que antecedem as causas, com seus jogos de dentro e fora (espaciais, temporais, psicológicos) sem sair do âmbito da ficção, sem posar de metalingüístico nem tentar parecer inteligente, como os Charles Kaufman e Christopher Nolan da vida, “Antes que o Diabo Saiba que Você Está Morto” faz o que fez até hoje todo cinema que não parte da nossa memória: usa o espectador ao mesmo tempo como cúmplice e como refém.

terça-feira, 17 de junho de 2008

O corpo e o atentado?



O passeio ciclista mundial - World Naked Bike Rideme- que aqui em são paulo teve sua versão, surpreendeu, sim, isto porque o corpo desnudo, ou nu,como queira, é algo de proibido se inscreve no estatuto do PERIGOSO. Os participantes entre homens e mulheres apresentavam- se alguns nus inteiramente, outros apebas com otronco desnudo, e assim ia-se tendo variantes, mas ao tirar a roupa totalmente a coisa agrava-se e mais com o corpo masculino, baixa a policia bate-boca e la se vai um para delegacia.78 distrito policial, sendo depois liberado e posando para a rede globo.
O corpo é assim este objeto que tanto se teme, por tanto se desejar, poranto se esconder, por tanto ser excitante e excitado. O corpo tem essa loucura que é ter movimento e se posicionar, nada mais humano e tão desumano o seu tratamento.

segunda-feira, 16 de junho de 2008

Documentário mostra ação de pichadores em SP

Documentário mostra ação de pichadores em SP
Filme registra jovens escalando edifícios e desvenda seus códigos de conduta

Ainda sem título definido, documentário explica como a capital paulistana se tornou o "caderno de caligrafia" dos pichadores

THIAGO NEY
DA REPORTAGEM LOCAL

A pichação é uma expressão artística ou um crime contra o patrimônio? A polêmica questão voltou a ser notícia na última quarta, 11 de junho, quando Rafael Augustaitiz, 24, aluno de artes visuais da Belas Artes, foi detido ao pichar, com amigos, muros e paredes da faculdade paulistana. Para Augustaitiz, o ato foi seu trabalho de conclusão de curso. Para a faculdade, foi vandalismo.
Discutir se a pichação é uma expressão artística ou um crime contra o patrimônio é o que faz um documentário que acaba de ser filmado em São Paulo.
Os diretores do filme (ainda sem título), os irmãos Roberto T. Oliveira e João Wainer -este último, fotógrafo da Folha-, negociam com distribuidoras o lançamento nos cinemas.
O documentário não apenas registra diversas ações de pichadores (ou "pixadores", como eles grafam), mas desvenda alguns dos códigos de conduta.
Inscrições e desenhos, que para muitos não passam de rabiscos sem sentido, possuem significado próprio entre as turmas de pichadores.
Por exemplo, há várias categorias (ou modalidades) de pichação. "Agenda" é aquela feita em muros baixos; na "janela", pintam-se os espaços entre as janelas de um edifício; a "escalada" é a mais "nobre" (e a mais perigosa): transportando latas de spray em mochilas, os pichadores escalam edifícios para carimbar o topo dos prédios.

Caderno de caligrafia
"São Paulo é como um caderno de caligrafia, e os muros e paredes da cidade são os espaços em branco que vão ser preenchidos pelos pichadores", explica um dos entrevistados no filme. "Meu "picho" está na pele de São Paulo", diz outro.
Ex-pichador, Djan, 24, é o fio condutor do documentário. Ele começou a pichar aos 12 anos. Hoje está parado; ganha a vida filmando ações de pichadores e vendendo DVDs em lojas do centro de São Paulo.
"Não basta rabiscar um muro para ser aceito entre os pichadores; é preciso conhecer quem é do meio, as turmas, fazer amizades", conta. Pichadores ignoram propositalmente as convenções de linguagem. "Criam regras próprias", diz Djan.
O que motiva um jovem a escalar um edifício para pintar seu nome e o de sua turma?
"A adrenalina, a superação", responde à Folha Diego, 22, que picha desde 2003. "Não temos o apoio de ninguém, nem da nossa família. É apenas pela adrenalina."
No filme, Gilberto Dimenstein, colunista da Folha, observa: "São pessoas invisíveis à sociedade. Não querem que a existência deles seja nula".

Estilo paulistano
Diferentemente do grafite, que tem uma preocupação estética, a pichação é feita com traços rudes, brutos, crus. É uma comunicação "fechada", que não tem a intenção de dialogar com a cidade.
A pichação praticada em São Paulo, com linhas elásticas, retas, formou um estilo próprio, que chama a atenção de especialistas de vários países.
"Em São Paulo, o estilo das letras é formalizado, quase como um alfabeto. Há uma conexão entre a pichação e os desenhos feitos em Nova York no final dos anos 1960", afirma a fotógrafa e escritora norte-americana Martha Cooper, que tem o grafite e as artes urbanas como focos de trabalho.

quinta-feira, 12 de junho de 2008

CONTARDO CALLIGARIS Como contar a nossa história?

CONTARDO CALLIGARIS



UM INDIVÍDUO, aflito por não encontrar ninguém com quem tocar a vida, consulta um psicoterapeuta. O que pode fazer o terapeuta?
Nos anos 70, conheci um colega que abandonara sua prática para fundar uma agência matrimonial.
Ele estava tão preocupado em curar as dores da solidão urbana que distribuía seus horários de maneira a produzir encontros "acidentais", em sua sala de espera, entre pacientes que lhe pareciam "compatíveis". No fim, ele decidiu que tinha mais vocação casamenteira que terapêutica.
Provavelmente, meu colega se importava tanto com a felicidade amorosa dos outros porque, quando criança, ele não tinha sido razão suficiente para que seus pais continuassem se amando. Igual, o fato é que, mudando de profissão, ele conseguiu fazer algo interessante com seu sintoma -o que já é bom.
Seja como for, quando comecei minha formação de terapeuta, ensinaram-me que, antes de mais nada, era preciso que os pacientes "subjectivassem" seu problema. Ou seja, dito em palavras menos bárbaras, para que o trabalho terapêutico fosse eficiente, a gente deveria primeiro fazer com que os pacientes se convencessem de que suas dificuldades eram, ao menos em parte, internas. Portanto, um paciente que se queixasse de não encontrar companhia deveria ser encorajado a "internalizar" seu problema, ou seja, a contar sua história questionando o que haveria de "errado" NELE (falta de disponibilidade, avareza ao se entregar, covardia do desejo etc.). Aí, poderíamos ajudá-lo a mudar. "Internalizar" (e não fundar uma agência matrimonial) era, em suma, a atitude certa.
Outro exemplo, oposto. Um paciente consulta um terapeuta porque ele sofre de "depressão" ou de "déficit de atenção" -assim lhe foi dito pelo profissional que diagnosticou a doença e prescreveu a medicação. O dito paciente fala de "sua doença" como se ela fosse um atributo de seu ser, um traço defeituoso de sua identidade. Com isso, ele mal vai conseguir contar seus percalços: se o problema é tão intimamente ligado ao que ele é, que diferença sua história pode fazer?
Dessa vez, a atitude certa não seria ajudá-lo a procurar as origens de "sua doença" FORA de sua identidade, ou seja, a "externalizar" sua doença?
Nos anos 1990, li "Narrative Means to Therapeutic Ends" (meios narrativos para fins terapêuticos -ed. Norton), de David Epston e Michael White, terapeutas australianos. A obra me fez uma forte impressão, reavivada, nestes dias, pela notícia da morte de Michael White, aos 59 anos, e pela leitura do livro que ele publicou em 2007, "Maps of Narrative Practice" (mapas da prática narrativa - ed. Norton). Detalhe: há outro Michael White, escritor de romances e história da ciência - ele não morreu.
Epston e White eram convencidos de que a possibilidade de mudar nossa vida depende de nossa maneira de contá-la. Também, eles eram leitores cuidadosos de Michel Foucault e pensavam que tudo o que contribui à criação de uma identidade fixa é opressivo e repressivo. Uma estratégia narrativa e terapêutica que eles propunham consistia em evitar que o paciente considerasse sua doença ou seu problema como parte de sua identidade. Eles preferiam sempre levar o paciente a "externalizar", ou seja, a narrar suas dificuldades como se fossem externas, percalços ou ataques vindos de fora.
Aviso: antes de discordar deles, é bom ler os exemplos clínicos em que, em seu último livro, White leva uma criança (e os pais da mesma) a narrar sua batalha contra a Senhora Encopresia, que suja as cuecas e os lençóis, o Senhor Déficit, que impede de estudar, etc., como se fossem bruxas ou elfos do mal.
Então: para mudar, é melhor "externalizar" nossos problemas, com o risco de descuidar das dinâmicas íntimas que nos governam, ou é melhor "internalizá-los", com o risco de hipertrofiar nossa identidade? Não sei, depende.
Mas, sei que, por exemplo, nas eleições presidenciais nos EUA, muito além das questões que serão debatidas (a guerra, a economia, o sistema de saúde), a aposta é esta: será que os eleitores conseguirão pensar sua história (nacional e privada) como sugerem Epston e White? Será que saberão narrá-la como a história de uma comunidade de indivíduos, brancos, negros e latinos, que se chocaram e detestaram em mil ocasiões, mas não por isso concebem seu destino como conseqüência de identidades fixas e opostas?



---by uol-----------------------------------------------------------------------------
ccalligari@uol.com.br

quarta-feira, 11 de junho de 2008

Ideb piora no ensino médio em sete Estados - UOL Educação

Ideb piora no ensino médio em sete Estados - UOL Educaçãodeb piora no ensino médio em sete Estados
Mariana Tramontina
Em São Paulo
Enquanto a educação fundamental no Brasil superou as metas do Ideb (Índice de Desenvolvimento da Educação Básica) para 2007, o ensino médio do país ainda precisa melhorar a nota em sete Estados.

O indicador criado para orientar o direcionamento de verbas da educação, divulgado nesta quarta-feira (11) pelo MEC (Ministério da Educação), mostrou que essa foi a única etapa do ensino básico que teve queda no índice. Sergipe é o caso isolado de maior regressão na média. O Estado poderia continuar este ano com a mesma nota de 2005, mas caiu 12,1%: de 3,3 foi para 2,9.

AS SETE QUEDAS DO BRASIL
Alagoas 3,0 2,9 3,3%
Amapá 2,9 2,8 3,4%
Espírito Santo 3,8 3,6 5,3%
Goiás 3,2 3,1 3,1%
Pará 2,8 2,7 3,5%
Rio de Janeiro 3,3 3,2 3,3%
Sergipe 3,3 2,9 12,1%
Estados Média em 2005 Média em 2007 Variação
As metas do Ideb para os Estados variam de acordo com o patamar em que se encontravam em 2005. Para 2007, apenas sete Estados tinham como meta alavancar o índice, enquanto os outros 20 poderiam continuar com a mesma média obtida há dois anos. Do total das federações, 13 Estados alcançaram ou ultrapassaram o índice esperado, e sete tiveram queda.

Alagoas (2,9), Amapá (2,8), Espírito Santo (3,6), Goiás (3,1), Pará (2,7) e Rio de Janeiro (3,2) são os outros seis que diminuíram a nota no indicador.

Os Estados que mais subiram no ranking foram Amazonas e Mato Grosso do Sul, ambos em 0,5 pontos. O primeiro foi de 2,4 para 2,9 (20,8%) e o segundo de 3,3 para 3,8 (15,1%).

Mesmo progredindo no ranking, Amazonas ainda tem a menor nota entre os Estados que evoluíram. A diferença do maior índice (adquirido por Distrito Federal, Paraná e Santa Catarina) é de 1,1 ponto.

Comparando entre todos os Estados, incluindo os que tiveram queda, Pará apresenta a pior média de 2007 no ensino médio brasileiro: 2,7. O Estado tinha como meta sair dos 2,8 para 2,9.

Sete Estados passaram os dois anos estáticos: Minas Gerais (3,8), Pernambuco (3), Piauí (2,9), Rio Grande do Norte (2,9), Rio Grande do Sul (3,7), Rondônia (3,2) e Roraima (3,5) continuaram com a mesma nota obtida em 2005.

Espírito Santo e Santa Catarina, que tiveram os melhores Idebs de 2005 (3,8 cada), saíram com resultados diferentes agora. Enquanto o primeiro caiu para 3,6, o segundo subiu para 4.

Retrato regional
Apesar da baixa em sete Estados, divididos em região, o ensino médio progrediu. No sul, a média subiu: os 3,7 foram para 3,9. Nordeste, sudeste e centro-oeste evoluíram em 0,1 ponto cada, enquanto o norte manteve os 2,9 de 2005.

Em termos gerais, no Brasil, essa etapa do ensino evoluiu de 3,4 para 3,5, alcançando a meta que seria de 2009. Para 2021, a meta do MEC é chegar a 5,2.

Leia mais
Alunos dão nota 7,1 para ensino médio
Na escala de 0 a 10, ensino médio em SP tira nota 1,4
Brasil gasta 57% do "mínimo" recomendado para ensino médio
Melhor ensino médio público está nas escolas técnicas federais
Em São Paulo, 95% terminam ensino médio sem dominar matemática
Menos de 50% dos alunos de 15 a 17 anos estão no ensino médio
Ensino médio vive "crise aguda", diz ministro da Educação